Jornada llena de emociones al despedir a siete compañeros que han dejado una huella imborrable en nuestro Colegio. Su jubilación marca el cierre de una etapa profesional llena de dedicación, esfuerzo y amor por la enseñanza.
Como escuela, vivimos este momento no solo con nostalgia, sino también con un profundo orgullo, pues ellos representan nuestras raíces, los valores y el compromiso que han cimentado lo que hoy somos. Su trabajo ha sido un ejemplo vivo de nuestro lema: «Educación con Raíces».
Si ya es un orgullo celebrar la jubilación de un compañero, ¡imaginaos lo que significa despedir a siete! Siete trayectorias llenas de sabiduría, esfuerzo y entrega que han dejado una marca imborrable en el corazón de nuestra comunidad. Cada uno de ellos ha sido mucho más que un docente o personal de apoyo; han sido guías, amigos y pilares en la formación de cientos de alumnos, quienes gracias a su labor han crecido no solo como estudiantes, sino como personas.
En este acto especial, quisimos rendirles homenaje con discursos llenos de gratitud, anécdotas entrañables… Además, disfrutamos juntos de una comida compartida, donde las sonrisas y los recuerdos fueron los grandes protagonistas.
Hoy les decimos «hasta pronto», con la certeza de que siempre serán parte de nuestra FAMILIA educativa.
¡Gracias por tanto. Gracias por todo!
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